En los inicios de la raza, el pastor alemán admitía cualquier tipo de color en el pelaje. Los había oscuros, más claros y completamente blancos. Con el tiempo se creyó que los de color blanco presentaban más problemas pues se decía que eran albinos. Esa idea equivocada excluyó a los pastores blancos de la raza, se evitó usar este pelaje para su descendencia y se eliminaron los cachorros de ese color.
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En la década de los 60, una criadora americana llamada Ágata Burch se instaló en Suiza con su pastor blanco llamado Lobo. En América y Canadá se habían seguido criando “pastores alemanes blancos” con un estado de salud perfecto. Con el tiempo Ágata empezó a criar únicamente perros con esta característica junto con otros aficionados suizos. En el año 1991 el país consiguió que se reconociera de manera oficial al Pastor Blanco como una raza registrada en la FCI